No paran los escándalos en el mundo de los autos. Primero fue la alemana Volkswagen que reconoció que había manipulado las pruebas de emisión de diesel en Estados Unidos y otros lugares, y ahora la nipona Mitsubishi Motors ha reconocido el día de ayer que había falsificado datos en una prueba de ahorro de energía para hacer que sus niveles de emisiones se vieran más favorables. Este problema ha precipitado la caída de sus acciones las cuales llegaron a un bajo nivel de más de un 15 por ciento borrando 1.200 millones de dólares de su valor de mercado.
El presidente de la Mitsubishi, el señor Tetsuro Aikawa, pidió disculpas en una conferencia de prensa en Tokio por el mayor escándalo de Mitsubishi Motors desde que encubrió defectos hace una década.
Las acciones de Mitsubishi Motors cerraron con un desplome de más de 15 por ciento, a 733 yenes cada una, en su mayor caída diaria en casi 12 años.
En 2000, Mitsubishi Motors reveló que había ocultado informes de seguridad y quejas de consumidores. Cuatro años más tarde reconoció que los graves problemas se remontaban a décadas. Fue en la fecha el escándalo más grave de una firma automotriz japonesa.
La compañía reconoció que la manipulación de las pruebas afectaba a 625.000 autos producidos desde mediados del 2013. Esto incluye a su monovolúmen tipo mini eK y otros 468.000 autos similares fabricados para Nissan Motor.
La empresa dijo que dejaría de fabricar y vender esos autos y ha creado un panel independiente para investigar el asunto.
Mitsubishi Motors vendió más de un millón de autos el año pasado.