Todos lo sabemos: las SUV se están apoderando del mercado y hoy día son los autos más vendidos en el mundo. Lamentablemente esta tendencia ha dejado víctimas. Dos de ellas, por ahora, son el Chevrolet Sonic y Ford Fiesta que perdieron su atractivo comercial en los EEUU, por lo que sus fabricantes decidieron finalizar su ciclo. Otras referencias quedan en la mira.
El gusto de los compradores de vehículos por las SUV está generando una reorganización de la oferta automotriz a nivel mundial. Según el portal Jalopnik, el diario The Wall Street Journal afirmó en un reciente informe que GM y Ford, respectivamente, decidieron finalizar la producción de sus modelos Chevrolet Sonic y Ford Fiesta para Estados Unidos pues la compradores de estos vehículos ahora prefiere las SUV
Según la noticia GM no solamente habrían dado muerte al Sonic, subcompacto que se producía en México, sino que además la compañía analiza terminar el ciclo comercial del Impala, modelo que a la fecha acumula 10 generaciones fabricadas durante 61 años. Los modelos Cruze y Malibú, por su parte, siguen vigentes.
Por los lados de Ford, desde hace algunos meses se había conocido su decisión de retirar de las vitrinas norteamericanas al Fiesta de sexta generación fabricado en México, pues la marca reorientó sus objetivos concentrando la producción en Brasil, donde a finales de 2017 estrenó un “facelift” para los mercados latinoamericanos.
Aunque se vende en Europa desde hace más de un año, la séptima generación del Ford Fiesta no se venderá en América, al tiempo que la línea Fusion/Mondeo continuaría con vida con su comportamiento comercial bajo la lupa, y el Focus pudo salvarse siendo ahora producido en China para el mercado norteamericano. El Taurus también estaría a punto de ser retirado del mercado.
El buen momento de los crossover y SUVs en Norteamérica, en gran parte, se debe a una economía saludable y bajos precios de la gasolina, teniendo como amenazas la inminente guerra comercial entre Estados Unidos y China, el aumento de los impuestos por parte del gobierno Trump y la volatilidad de los precios de la gasolina.