¿Saben qué es la energía eólica? Es la que se genera a partir del viento. Es bastante utilizada en la actualidad, por ejemplo en carros. Éste es el caso del Blackbird, una especie de monoplaza, muy ligero, aerodinámico y básico, de tres estrechísimas ruedas, provisto de una hélice de dos palas que giran con el viento. Fue diseñado por Rick Cavallaro, un ingeniero aeroespacial que lo fabricó desde 2009 y con el que registró su primera marca en 2010.
El funcionamiento del Blackbird es muy similar al de un velero, solo que en lugar de velas son los álabes de la hélice los que recogen el viento, que es quien impulsa al carro.
Para poder avanzar contra el viento más rápido que él, es vital que los rozamientos del viento con el carro y del carro con el suelo, sean mínimos, y lograr un diseño óptimo de la hélice.
Recientemente este carro alcanzó una velocidad 2,85 veces mayor que la del viento, que en ese momento soplaba a unos 21kms, eso significa que tuvo una velocidad de alrededor de 60 km/h. En otras palabras significa que puede ir mucho más rápido que la velocidad del viento que lo propulsa. La prueba se llevó a cabo en el aeródromo de Nuevo Jerusalén, en California.
Esto, que en cifras puede no parecer sorprendente, es todo un récord si se tienen en cuenta los más mínimos conocimientos de física y aerodinámica.
Para poner un ejemplo sencillo, cuando se eleva una cometa esta no puede ir más rápido que el viento que la eleva e impulsa, pues si tuviera la misma velocidad acabaría por perder el impulso primario (viento relativo).
Así entonces, en caso de viento en contra, el Blackbird tiene unas aspas que empiezan a girar e impulsan las ruedas hacia adelante. Cuanto más rápido se mueve, más viento recibe y más rápido puede hacer girar las ruedas. La velocidad de equilibrio se alcanza cuando la resistencia aerodinámica del conjunto de palas girando y el carro rodando iguala la fuerza impulsora, lo que sucede a 2,01 veces la velocidad del viento con respecto al suelo. Es sorprendente, pero al menos no contradice ninguna ley física de forma evidente.
Con el viento a favor, el carro comienza a rodar por el puro efecto del viento trasero. Las ruedas comienzan a girar muy lentamente y son éstas las que hacen girar las aspas. El mecanismo se invierte con respecto al caso anterior. A medida que el carro va ganando velocidad, hace girar las aspas más rápido, obteniendo poco a poco algo de tracción del molino, lo que acelera más el giro de las ruedas, que incrementan el impulso de las palas en un círculo virtuoso de movimiento de avance.
El aporte energético externo es el viento a favor, que no cesa en ningún momento. Llega un punto en el que el viento a favor empieza a ser viento relativo en contra, pero para entonces las palas giran tan rápido que todavía es capaz de ganar algo más de velocidad, hasta alcanzar 2,86 veces la del viento inicial con respecto al suelo.